Las prioridades en la vida son el amor, la salud, la economía. Muchas veces la atención a la salud mental queda fuera de estas prioridades, cuando sin ella, difícilmente podemos gozar de las otras. Son diversas las formas que el síntoma toma en el sujeto y que requieren de un estudio detallado de las causas: las depresiones, las crisis de angustia, el estrés, los trastornos psicosomáticos, la anorexia, la bulimia, los conflictos propios de momentos evolutivos y etapas de cambio ( la infancia, la adolescencia, la menopausia, la vejez), las dificultades escolares, son problemas que pueden tratarse a través de la cura por la palabra en un tratamiento psicoterapéutico.
El paciente es un sujeto que sufre
El paciente es un sujeto que sufre, padece de algo que no va bien y que en muchas ocasiones no puede hacer nada, así llega a la consulta a pedir algo de lo cual no sabe lo que le pasa, algo ha cambiado: no puede dormir bien, no puede ir por la calle sin compañía, su relación de pareja pasa por un mal momento, crisis de ansiedad … Viene con sus quejas, con sus cuestiones y preguntas ¿ Qué me pasa? ¿Qué puedo hacer? de las que no sabe nada, incluso aun cuando se trate de alguien informado. ¿De que padece? padece de sus síntomas. Y los síntomas tienen un valor propio para cada sujeto, según su estructura psíquica y según la significación de la historia singular de cada uno.
…una escucha y una particular presencia.
¿Que se le ofrece?: una escucha y una particular presencia. Se le recibe en la consulta se le invita a que hable y asocie libremente y se le devuelve el mensaje de que él es el responsable de lo que le ocurre, que está implicado íntimamente en lo que le pasa. El terapeuta brinda un espacio para abrir camino a una palabra que lo represente, que le cuestione alguna pregunta, escucha con una perspectiva de interpretación, apunta a revelar lo inconsciente, aquello que el paciente no sabe y ayuda a desentrañar el síntoma. Síntoma que tiene sus raíces en la fantasmática insconsciente, que es lo más particular y profundo de cada sujeto. Hay que tener en cuenta que toda relación humana, amorosa o de trabajo, pasa por la determinación inconsciente. Se establece así una transferencia en la que el paciente siente que es tenido en cuenta, que se toman sus dificultades en consideración.
El despliegue de la transferencia hace un lazo entre el malestar que enuncia el paciente y quien lo acoge. Será en este espacio donde hará un recorrido para aliviar este malestar, poner palabras al mismo, dar paso a una elección diferente al sufrimiento y que tenga efectos duraderos en la vida del paciente.
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