La ansiedad es un estado desagradable de temor, una respuesta emocional o conjunto de respuestas que se manifiestan externamente a través de diversos síntomas y signos, y que puede ser una respuesta normal o exagerada a ciertas situaciones estresantes del mundo en que vivimos, aunque también puede ser una respuesta patológica y anormal producida por trastornos psíquicos. Supone una señal de alerta frente a algo que se considera peligroso para el individuo. Hay una ansiedad habitual relacionada con las situaciones que vivimos. Se transforma en patológica cuando no cumple una función adaptativa o su intensidad excede los límites habituales.
El miedo es distinto, en él la amenaza es conocida, externa, inmediata y definida. En la ansiedad la “amenaza” no está definida, es desconocida, con frecuencia no se concreta en algo externo y no siempre tiene un carácter inmediato.
«La ansiedad es, fundamentalmente, algo que se siente. No es un pensamiento. El sentimiento de malestar es difuso y se manifiesta tanto a nivel psíquico como somático.»
El tratamiento mediante la palabra ofrece una herramienta para que aflore lo inconsciente, para que el sujeto sepa por qué está ansioso, angustiado y, por el hecho de poder ponerle palabras a su angustia, deje de experimentarla como algo displacentero.
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